La piel produce grasa de forma natural para evitar la resequedad, pero cuando hay una producción excesiva, esta desencadena en un aspecto más húmedo y brillante, lo que se denomina piel grasa. Esto sucede porque las glándulas sebáceas tienen una sobreproducción de sebo.
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Por qué mi cara es grasosa
La piel se vuelve grasa cuando las glándulas sebáceas producen cantidades excesivas de sebo. Esto puede deberse a factores genéticos y hormonales, y hasta por la temperatura ambiental. Además, la piel es un reflejo de lo que comemos, y esto afecta a las hormonas.
Lavar y exfoliar la piel en exceso
Lo más indicado es lavar tu cara un máximo de 3 veces al día y exfoliar tu piel entre 1 a 2 veces por semana. Otra opción para quitar el exceso de sebo es utilizar papel secante a lo largo del día; este absorberá la grasa del cutis y lo matificará.
¿Cómo evitar la grasa en la cara?
Lavar tu rostro dos veces al día (mañana y noche) con agua tibia, te ayudará a eliminar la suciedad y regular la acumulación de grasa. De preferencia, usa jabones que no tengan aceites, por ejemplo: glicerina, neutro, tepezcohuite, sábila, avena y azufre (en caso de que tu piel sea muy grasosa).
¿Por qué sale tanta grasa en la cara?
Esto sucede porque las glándulas sebáceas tienen una sobreproducción de sebo. El cual, se extiende por las demás capas de la piel y toda su superficie, haciendo que los poros se dilaten y se acumule más grasa de lo normal.
¿Qué produce exceso de grasa en la cara?
La piel grasa es algo común, especialmente en el rostro y el cuero cabelludo. Se origina cuando las glándulas sebáceas de la piel trabajan en exceso y producen demasiado sebo. La buena noticia es que las personas con este tipo de piel suelen tener menos arrugas cuando envejecen.